Pocos triatletas han protagonizado un año tan espectacular como Anu Francis. La temporada de la australiana fue perfecta, ganó cada carrera en la que participó, y coronó el año con su primer título mundial en una de las competencias más feroces de Wollongong.
“Creo que el título mundial se gestó durante un tiempo largo,” dijo Francis. “Mi debut internacional (clase PTS2) fue en 2022 y ese año llegué tercera (en el mundial), y un año después fui segunda. No tuve el resultado que quería en París (quedó fuera del podio) y necesitaba compensar en el Campeonato Mundial, pero lamentablemente me enfermé el día antes de la carrera y me tuvieron que hospitalizar. Lógicamente, no competí.”
“Quería tanto esa trayectoria 3-2-1, pero tuve que esperar todo un año. Mi fisioterapeuta me dijo cuando estaba en el hospital, ‘Creo que el año que viene las cosas se van a dar en Wollongong”. Y yo pensé que tenía que ser así.”
“Fue un sueño; gané el primer título después de tanto trabajo, mi entrenador pudo estar ahí, lo gané en mi país, la gente me alentaba…fue hermoso.”
La temporada de Francis fue como una pasarela de triunfos. De hecho, no era la favorita para el oro porque Hailey Danz (USA), campeona paralímpica y Allysa Seely (USA), campeona mundial 2024, también competían.
“Tuve tanto trabajo en la segunda disciplina,” dijo Francis. “Creo que salí del agua un segundo más tarde, no es la peor desventaja para mí. Trabajé mucho con la natación, y noté resultados porque completé la etapa con Allysa (Seely), que nada tan bien. Sigo siendo la nadadora menos capaz en la clase PTS2, pero creo que pude achicar la distancia. Solía tener cuatro minutos de desventaja en la salida del agua, y un minuto detrás de Hailey no estuvo mal para mí.”
Y luego, Francis tuvo la revancha. Un circuito ventoso, con elevaciones en el ciclismo que agotó a atletas junior y elite en la WTCS Final… pero la estrella del PTS2 logró superarlo con éxito.
“Fue divertido. Fue el circuito de ciclismo más demandante de la Para serie. A menudo estamos restringidos a los circuitos llanos y poco técnicos. Por eso fue tan motivante enfrentar las colinas y los giros cerrados. Soy un tanto especialista en el ciclismo y me encantó.”
“Usé las partes más demandantes, me repetía que tengo experiencia en esto, que entrené en lugares así, que necesitaba esos tramos para ganar terreno.”
“Recuerdo que cuando llegamos a la última vuelta, ya había pasado a todas menos a Hailey, y mi entrenador, que estaba en la bajada al comienzo de la vuelta me había dicho que estaba a 40 segundos de Danz y que necesitaba presionar en la colina. Y cuando doblé, lo ví y me gritó que tenía que acelerar.”
Un gran esfuerzo la llevó hasta la rueda de Danz. Francis sabía que la americana es muy veloz en la última disciplina, y no quiso arriesgarse a quedar junto a ella en esa última etapa. Por lo tanto, presionó aún más y ganó segundos. “Me sentí morir en esa última vuelta.”
Una T2 fluída le permitió liderar en el inicio del pedestrismo.
“Cuando empezamos la última etapa, me di cuenta de que había hecho demasiado en la bicicleta y no había tenido tiempo de recuperar. Ahí tuve dudas, me angustié.”
Y Danz, que sabe cómo cerrar un campeonato, llegó hasta ella. Además, es la más veloz de las dos, pero Francis no iba a tirar la toalla. La australiana se negó a ceder una pulgada y gradualmente encontró el ritmo.
“Pude darme cuenta de que ella estaba luchando, y yo había encontrado la marcha que quería. Es tan buena, tan talentosa, estaba feliz de poder seguirla. Pensé que iba a poder superarla en el sprint porque había practicado mucho, sentí confianza. Y creo que ella se dio cuenta.”
Los ataques de Danz perdieron intensidad, y la confianza de Francis creció y se transformó en aceleración y de repente se encontró adelante.”
Francis había superado a la campeona paralímpica, una leyenda del PTS2… el oro estaba a punto de llegar.
“Estuvo tan bueno tener la alfombra azul toda para mí, poder disfrutar de ese momento. A veces, especialmente en la clase PTS2, estamos complicadas con el tiempo, porque nuestras discapacidades nos hacen ser mejores en alguna de las tres disciplinas. Obviamente, soy más capaz en el ciclismo, pero creo que fue la primera vez en la que estoy junto a alguien en el último segmento. Hailey vino después y dijo, ‘fue una carrera divertida’. Y así se sintió.”
Francis ha recorrido un largo camino desde sus primeros movimientos en el triatlón. Ella comenzó a nadar en 2020 cuando un descubrimiento de talentos la identificó en el remo y la llevó a la natación. “Creo que recién este año hice el click.” Sin embargo, el recorrido a la cima llevó su tiempo.
“He tenido siempre el mismo entrenador, pero creo que hemos redefinido y refinado el trabajo en este último tiempo. Mi entrenador es un fisioterapeuta licenciado, es fabuloso porque trabaja con gente con discapacidades todos los días. Pero nunca había trabajado con alguien con mi condición (Síndrome de Ehlers Danlos y Distonía Dopa-Sensible) porque hay una en un millón. Y me diagnosticaron en la clasificación, ahí descubrimos que había otro diagnóstico también.”
“Hemos aprendido juntos, no hay un manual para entrenar a alguien con esta condición, para saber lo que funciona o no. Es prueba y error constantemente, a veces hay un fundamento científico y otras no. Hemos podido refinar las cosas, y además, la medicación me está ayudando mucho.”
“Además, el apoyo del AusTri es increíble. El equipo está centrado en el atleta. Trabajan con nosotros, luchan por nosotros, nos ayudan a tomar decisiones y nos escuchan. Es un esfuerzo en conjunto, y como resultado, tuvimos un asistente por primera vez en el Para equipo que me ayudó a viajar, porque era muy difícil para mí hacerlo de manera independiente. Su presencia sacó el estrés de tener que hacer las cosas sola, con una sola mano.”
El producto del detrás de escena se hizo claro en el circuito. Además del triunfo en Wollongong, Francis fue invencible en todo 2025, año en que ganó el oro del Campeonato de Oceanía y múltiples carreras de la Para Serie Mundial. En retrospectiva, cada victoria fue como un trampolín para su grand finale.
Tomemos el Campeonato de Oceanía. Cambios de locaciones, lluvia y condiciones difíciles por las que se decidió que la carrera tuviera el formato de duatlón. “Hicimos un duatlón con 40 grados (Celsius) y 100% de humedad… Así empezó la temporada, creo que fue bueno, si pudimos con eso, podemos con todo.”
Una victoria en la Para Serie Mundial Devonport llegó a continuación. Su próxima medalla dorada, en Yokohama, fue muy diferente. En la lluvia torrencial de Japón, Francis llegó a la cima una vez más.
“Es una buena manera para reflexionar cuánto mejoré cuando llueve. Del choque en Devonport hace unos años cuando tuve mi primer DNF, a la confianza de competir en Japón en la lluvia… Sabía que podía manejar un duatlón, podía manejar el calor y la lluvia.”
El oro de Montreal fue el último antes de Wollongong. “Fue un buen circuito. Fue la primera vez que lideré en el agua. Cometí un error alrededor de las boyas, seguí a alguien, y tuve que retomar. Perdí el pelotón, pero llegué a las líderes a mitad de camino, fue asombroso. Y quedé a solo 30 segundos detrás. Pienso que me ayudó a ganar más confianza. Ahora siento que puedo manejar la natación también.”
“Mucha gente hablaba de que nadie me había vencido, pero no quería dar nada por sentado al llegar a Wollongong. Había competido con Allysa en Montreal y sabía que podía igualarla, pero no tenía idea de Danz, porque no competía desde París y ahí fue absolutamente superior a todas.”
Al final del día, sin embargo, Francis llegó primero. Las dos americanas, seguramente están listas para dar batalla en 2026. Pero Francis confía en su próxima campaña.
“Estoy lista.”