Flora Duffy de Bermuda, es indiscutiblemente una de las grandes figuras deporte. Ganadora de dos títulos mundiales, los Juegos de la Mancomunidad, fue dominante durante gran parte del período 2016-2018 y luego de una lesión que se extendió en el tiempo, fue contundente en el Evento de Prueba de Tokio. En Río 2016 Duffy fue octava, y ahora aspira a ganar el oro de Tokio.
Duffy corrió una sola vez por la alfombra azul en diez meses, pero en la última parte de 2020 tuvo grandes actuaciones en Arzachena y Karlovy Vary. Una combinación de lesiones y restricciones en viajes hizo que las oportunidades para competir se redujeran notablemente, pero en Leeds 2021 demostró que ninguno de estos inconvenientes afectó su fortaleza mental. De hecho, Duffy confía plenamente en su capacidad.
“La preparación para Tokio fue muy distinta a la de Río 2016. En ese momento había competido cuatro o cinco eventos antes de los Juegos y mi ritmo de carrera era el deseado,” dijo Duffy. “Esta vez corrí una sola vez antes de Tokio, es extraño, pero es lo que hay. El año pasado se pospusieron los Juegos, tuvimos que adaptarnos a la falta de competencias, pero ganamos experiencia en lidiar con cambios, nos tuvimos que acostumbrar a correr con los protocolos; estoy mentalmente preparada. He estado haciendo esto por muchos años ya, siento que soy una corredora innata y que cuando esté en la largada estaré preparada para la competencia.”
Al mismo tiempo, Duffy es plenamente consciente de la enormidad de la tarea. Hay numerosas presiones que se agregaron a la preparación para los Juegos, más que para Juegos previos, sin contar la batalla para estar en estado deportivo pleno, la necesidad de estar lista para la principal carrera del mundo nuevamente , doce meses completos después de la fecha original.
“Un aplazamiento de un año es muchísimo, sientes el peso de la preparación por otro año. Sí, estoy emocionada porque voy a competir, pero hay muchas cosas que vienen con los Juegos y que debes manejar: emociones, expectativas, presiones por un año más, agregando el Covid; es mucho, espero que nadie tenga que lidiar con una situación así en el futuro.”
Faltan tres años para París 2024, pero nadie parece dudar de que Tokio representa el tango final del triatlón olímpico para esta atleta de 33 años.
“Es un evento de un día, todo cuenta, desde los últimos cuatro o cinco años de tu vida. Es masivo, y no siempre tienes otra oportunidad. Este puede ser mi último Juego Olímpico, no estaré en París, estoy en la cima de mi carrera y Tokio es el día que cuenta para mí.”
La carrera de Leeds en junio fue un progreso en su camino al estado físico ideal, casi como lo fue su inusual triunfo en el evento de prueba de Tokio. El hecho de que la pasara mal en el agua y pudiera llegar cuarta pudiendo correr a toda máquina en los 10km pedestres fue el impulso que quería y necesitaba antes de llevar toda su experiencia a Tokio.
“(En Leeds) la pasé muy mal en el agua y después tuve que trabajar para poder avanzar. Hice lo posible para achicar y fui sólida pedaleando. Ni pensaba poder estar en esa carrera así que un cuarto puesto fue maravilloso. Estaba un poco preocupada por la carrera a pie, pero fue mi segmento más consistente. Tuve que superar dificultades en esa carrera y trabajar mucho para tener ese resultado.”
Hay elementos únicos en juego que podrán presentarse en Tokio y que agregan el factor de lo impredecible a un triatlón olímpico. Duffy entrenó en Boulder, EEUU, con Chelsea Burns y la canadiense Joanna Brown, quien también compite en Tokio. El bloque de entrenamiento está completo, las listas de largadas también, y los números de la transición confirmados; todo está tomando forma. Su lugar en la transición estará próximo a la línea de desmonte, lo que puede ser un factor que la ayude a luchar por las medallas. Sin embargo, sea lo que sea que pase, Duffy está completamente preparada.
