Maxime Hueber-Moosbrugger (FRA) regresó para triunfar en el E World Championship, previa de otra victoria contundente en la Copa Mundo Samarkand. Esta fue la segunda medalla dorada en esta categoría para el francés que había ganado el oro de la  Copa Mundo en Miyazaki el año pasado. Y estos resultados nos dicen que queda mucho por venir.

Marton Kropkó (HUN) lideró en los 1500m a nado seguido de Maciej Bruzdziak (POL) con un tiempo de 17:50 para luego formar un pelotón de cinco al frente de la carrera. Jeremy Quindos (UZB) estaba en este grupo y dio esperanzas al público local y a los voluntarios que lo vivaban. Igor Dupuis (FRA) y Marcus Dey (GBR) completaban el quinteto.

Once ciclistas estaban detrás. Pavel Sorokin (AIN) quedó entre ellos al no poder mantener el tempo de los líderes. La brecha inicial de 15 segundos entre ambos grupos no era imposible de remontar y Jack Crome (AUS) se hizo cargo de la persecución para achicar, pero Bruzdziak tenía otros planes.

Decidido a revivir la escapada que le dio su primer triunfo en Copa Mundo en Tongyeong 2024, el polaco aceleró con Kropkó. Mientras tanto, los ganadores de Copas Mundo Reese Vannerson (USA) y Hueber-Moosbrugger se encontraron atascados en el medio del tercer pelotón, a un minuto de la punta. Sus esperanzas prácticamente terminaron a mitad de la carrera.

Zsombor Dévay (HUN) trató de llegar a los líderes, movimiento que fue luego imitado por Kropkó, que también quería llegar al frente. Sin embargo, la arremetida no resultó y la diferencia se mantuvo en los 42 segundos.

Chris Ziehmer (GER) y Takuto Oshima (JPN) fueron los próximos en cargar junto a Dévay. Sin embargo, la carrera iba a volverse en su contra. Al final de la penúltima vuelta, se dio la unión del segundo y tercer grupo y 26 hombres persiguieron al quinteto líder. El trabajo del tercer pelotón volvió a dar esperanzas a Hueber.

Kropkó volvió a acelerar en la punta, al tiempo en que la energía de los perseguidores los acercaba a los líderes. La brecha era de 33 segundos en el ingreso a la T2.

Kropkó fue el primero en salir a correr seguido por Dupuis y Bruzdziak más atrás. Por su parte, Hueber-Moosbrugger corría a toda velocidad hasta pasar a Bruzdziak y luego a Dupuis. De manera similar, Mathis Beaulieu (CAN) avanzaba luego de haber estado en el segundo pelotón. Hueber-Moosbrugger pasó a Kropkó y Beaulieu llegaba hasta el húngaro. Lamentablemente para Kropkó, la presión de Beaulieu le impidió responder al ataque.

Pero el giro final estaba por venir: en un acto digno de Houdini, Kropkó revivió y pasó a Beaulieu en los últimos metros. Después de la carrera, el atleta dedicó este último esfuerzo a su hermana que chocó cuando estaba en la punta de la carrera femenina.

Kropkó y Beaulieu debieron luchar, pero Hueber-Moosbrugger corrió con comodidad hasta la meta y pudo celebrar el cuarto puesto de su joven compatriota Thomas Hansmaennel, mejor marca en Copa Mundo para él. Tres atletas que nacieron entre 2004 y 2005 quedaron en el top-4; la próxima generación está en marcha. De todos modos, y por ahora, ellos tendrán que esperar su turno detrás de un hombre para quien “atrás pero no afuera” se está convirtiendo en mantra.