Conociendo más a la para triatleta Amy Dixon

by courtney.akrigg@triathlon.org on 26 Dec, 2021 11:06 • English
Para triathlete Amy Dixon: no sight, no limits

¿Por qué hacer para triatlón?

La gente – los atletas, los oficiales, el desafío. 

Amy Dixon, para triatleta elite de 45 años que representa a los EEUU en la clase (PTVI femenina), es discapacitada visual, compite en el circuito internacional desde 2014 y compitió en los Juegos Paralímpicos en 2020. Dixon tenía 22 años cuando comenzó a perder la vista por una rara enfermedad autoinmune llamada uveítis, misma enfermedad que le quitó un 98% de su visión pero que convirtió el año pasado en uno con desafíos increíbles. Llegar a la largada de Tokio fue producto de desafíos físicos y mentales impresionantes. Al comienzo de la temporada pasada, Dixon estuvo internada en la unidad de cuidados intensivos. Podría decirse que fue un milagro que Dixon clasificara y compitiera en los Juegos Paralímpicos ya que había tenido coágulos en los pulmones, 45 libras de retención de líquidos, lesiones, cirugías en su hombro, ojos y abdomen y se había sometido a quimioterapia semanal hasta dos días previos a su participación en Tokio. Su meta para Tokio: cruzar la línea de llegada con salud y alegría.

Dixon dirige un campamento anual para atletas no videntes, para introducirlos en el triatlón. Además, se está probando en ciclismo de pista para comprobar si es lo suficientemente buena para clasificar y competir en los Paralímpicos de París 2024.

El Triatlón Mundial recientemente se reunió con Dixon para hablar sobre su carrera en el para triatlón, su experiencia paralímpica y otros temas que probablemente desconocemos acerca de esta para triatleta americana.

Soy de un pueblo al norte de la ciudad de Nueva York llamado Pound Ridge. Crecí cabalgando y nadando en nuestra pequeña granja, y compitiendo en salto y natación. Viví en NY y Connecticut durante la mayor parte de mi vida y comencé a perder la visión cuando estaba en la facultad y trabajaba en como sommelier por las noches.

¿Cuándo y cómo descubriste el deporte?

El deporte siempre fue parte de mi vida, los caballos eran mi pasión, y la natación era un escape. Teníamos una piscina en casa y fui parte del equipo de natación escolar. También jugaba al futbol como arquera porque irónicamente, odiaba corre. Tenía asma y la respiración me impedía correr ligero. Fui una jugadora de tenis destacada en la escuela, y jugaba dobles y singles. 

¿Cómo descubriste el para triatlón?

Mi enfermedad es degenerativa y el único tratamiento cuando me diagnosticaron, era dar dosis altas de esteroides así que subí 75 libras. Comencé a nadar porque era lo más seguro para hacer con tan poca visión. Después agregué bicicleta en interior y cinta. Alguien de mis redes me sugirió hacer triatlón, me enganchó inmediatamente. Hacía buenos tiempos y el Para Triatlón de los EEUU me contactó e invitó a un Campamento para Identificación de Talentos. 

¿Qué significa ser parte del Equipo de los EEUU?

Honestamente, me siento más emocionada por mis compañeros que por mí misma. Hay algo acerca de los resultados de los demás que te hace sentir emoción por ellos. Conozco muy bien a la mayoría de mis compañeros, y todos nosotros hemos enfrentado circunstancias desafiantes que no tienen nada que ver con nuestras discapacidades. Infecciones, lesiones, criar niños cuando entrenas, recorte de fondos y tantos otros obstáculos. Haber podido cruzar la meta después de todo lo que pasamos durante la pandemia fue un momento de triunfo para cada uno de nosotros

¿Cuál fue tu preparación para Tokio 2020?

Honestamente, horrible y buena a la vez. Estuve internada en terapia intensiva con coágulos en los pulmones cuando iba a comenzar la temporada. Tuve un infarto en el pulmón derecho y perdí 25% de capacidad. Subí 11kg por retención de líquidos y entonces el entrenamiento se hizo muy difícil y había chances de sufrir lesiones en caderas y tobillos. Gasté miles de dólares en fisioterapia para poder clasificar para Tokio. Sabía que las cosas podrían salir mal. Mi mera era cruzar la línea de llegada con felicidad y salud

¿Cómo es una semana típica en tu vida?

Lunes/ miércoles/ viernes son para nadar y correr. Los lunes trabajo en velocidad a pie y los viernes entreno tiempos de natación y hago trabajo aeróbico. Los sábados hago natación técnica. Martes/ jueves/ sábado son para pedalear y sesiones de gimnasia. En el medio tengo 3 turnos por semana con el médico, sea en persona o video y mucha fisioterapia; masaje, drenaje linfático, y acupuntura. Además, debo reunirme con patrocinadore, o y cumplir con obligaciones que tengo con la compañía para enfermedades visuales de la que soy socia. Mis semanas son ajetreadas. 

¿Cómo fue tu experiencia en Tokio 2020?

Tuve el honor de estar ahí y me emocioné por mi equipo. Los voluntarios japoneses fueron como una familia. Hacían señales para nosotros, nos alentaban a toda voz, nos traían regalos a las prácticas de natación. Fue muy tierno tener una bienvenida tan cálida, nos hacían sentir muy bien. 

¿Qué es lo más importante en la relación pata triatleta /guía?
La comunicación. Mucha comunicación. Además, pasar tanto tiempo juntos viajando y entrenando, nos permite conocernos muy bien. Kirsten actúa de entrenadora, psicóloga, amiga y compañera, todo a la vez. Es una atleta increíble y una persona excepcional.

¿Quiénes forman parte de tu equipo de soporte?

Guía- Kirsten Sass,
Entrenador- Ken Axford de Colorado Springs
Fisio- Ciaran Lane
Masaje- Erynn Hill y Jeff Lacson
Entrenador en fuerza - Oliver Rix
Acupunturista- Michelle Vlahakis
Dietista- Emilie Burgess
Psicólogo deportivo - Riley Nickols

Nos gustaría saber cuál es tu reflexión sobre el año 2021

Lo mejor fue clasificar para Tokio en Pleasant Prairie Wisconsin. Considerando que estaba haciendo quimio por mi enfermedad y que no podía correr por una lesión, clasificar fue un milagro. Fue producto de la guía de mi entrenador que me llevó hasta Tokio de la mejor manera. Lo peor fueron los coágulos en el pulmón, las 45 libras de retención de líquidos, las cirugías en hombro, ojos y abdomen y la quimio semanal, aún dos días antes de correr en Tokio. Hubo mañanas en las que necesitaba ayuda para salir de la cama, así que me sentía agradecida cuando podía vestirme sola y hacer algo de ejercicio a pesar del dolor.

¿Rutinas o tradiciones para antes de una carrera?

Fideos Pad Thai la noche anterior.
Escribir un mantra con marcador negro en mi brazo izquierdo.
Dar a mi bicicleta tándem, “Bomber” una charla y desearle suerte.
Abrazar a Kirsten en la largada y decirle cuánto la amo y la aprecio. 


¿Comida antes de la carrera?

Fideos Pad Thai la noche anterior y arroz, huevos y leche de soja la mañana de la carrera.

¿Qué viene después?

Estoy trabajando con compañías para enfermedades visuales, en el área farmacéutica y biotécnica, para dar educación al paciente. Quiero ser defensora del paciente en un hospital de ojos aquí, en San Diego. Dirijo un campamento para atletas ciegos para introducirlo en el tría. Hago un poco de ciclismo en pista porque quiero saber si soy competitiva y tengo chances de clasificar para París 2024, y estoy pendiente del para el para triatlón por si mi salud me permite y vuelvo a mi estado óptimo

¿De dónde sacas fuerzas?

Me rodeo de mujeres asombrosas con las que entreno, ellas me inspiras. Mis compañeros de equipo me han apoyado mucho este año en el que tuve tantos desafíos físicos y mentales. No lo podría haber logrado sin ellos. Tengo un gran equipo de psicólogos deportivos, me encuentro semanalmente con ellos. Siempre intento mantener un estado de gratitud. Me siento afortunada de hacer este deporte y a este nivel.

¿Por qué el paratiatlón?

La gente – los atletas, los oficiales, el desafío.

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